¿Qué es la Sostenibilidad?

Aunque la palabra sostenibilidad ha cobrado notable relevancia en los últimos años, la evolución de los problemas que afectan nuestro planeta sugiere que una cantidad importante de ciudadanos no tiene completamente claro el significado de este término.

En su sentido más amplio, sostenibilidad es un atributo con el que cuenta todo aquello que se puede mantener (es decir sostener) en el tiempo. Así, se habla, por ejemplo, de la sostenibilidad económica de una empresa, de una relación insostenible o los argumentos que sostienen un punto de vista.

Sin embargo, la actual ubicuidad del término sostenibilidad está conectada a un significado más específico. En este contexto la gente tiende a relacionar la sostenibilidad con la protección del medio ambiente.

Si bien la conservación y recuperación medioambiental es uno de los componentes fundamentales de la sostenibilidad, este no es el único aspecto que encierra dicha palabra en este sentido específico.

El impulso de la sostenibilidad es el objetivo central de ecocivitas. Por tal motivo tiene vital importancia para nosotros utilizar y divulgar una definición clara y precisa de la sostenibilidad.

En ecocivitas definimos la sostenibilidad así:

Sostenibilidad: Conjunto de condiciones económicas, sociales y ecológicas requeridas para evitar el colapso de una civilización.

Esta definición nos parece apropiada porque señala explícitamente que la sostenibilidad implica factores económicos y sociales, además de medioambientales. Adicionalmente indica que lo que se procura mantener es una civilización, es decir una sociedad humana.

Para evitar confusiones con esa última parte de la definición resulta conveniente utilizar un caso histórico que la ilustre. Por ejemplo, el colapso de la sociedad Rapa Nui de acuerdo a la hipótesis
propuesta por Jared Diamond, autor del libro Colapso, que trata este tema.

Los antiguos Rapa Nui son principalmente reconocidos por los Moái, las monolíticas esculturas que levantaron es la isla que habitaban, conocida hoy en día como la Isla de Pascua. Según la hipótesis en cuestión, los Rapa Nui sobreexplotaron los limitados recursos de la isla, especialmente mediante la deforestación, pues requerían considerables cantidades de madera para transportar y erigir los Moái. La deforestación, aparte de producir la extinción de especies de plantas como la palma de Rapa Nui, con troncos de hasta 25 metros de altura, intensificó el proceso de erosión del suelo, que a su vez causó un declive en la producción agrícola de la isla. La reducción de las cosechas y la carencia de madera para construir nuevas embarcaciones pesqueras ocasionaron una grave escasez de alimentos. El hambre prevaleciente en la isla originó brutales conflictos entre los pobladores, cuyo número descendió drásticamente provocando el colapso de la antigua sociedad Rapa Nui.

Aunque esta hipótesis ha sido cuestionada, resulta de gran utilidad para presentar como el deterioro de las condiciones sociales y ecológicas en un entorno determinado puede llevar al colapso de la civilización que se desarrolla en el mismo. Existen evidencias que sugieren que a lo largo de la historia esta situación se ha repetido en múltiples ocasiones y en distintos puntos del planeta, causando o por lo menos contribuyendo al colapso de civilizaciones tan diversas como, el Imperio Romano, la dinastía Han en la antigua China o la cultura Maya en la América precolombina.

Hoy en día, la magnitud de la población humana mundial, el inmenso poder que nos otorgan las tecnologías modernas y la forma en que han evolucionado los sistemas económicos producen impactos que afectan las condiciones económicas, sociales y ecológicas a nivel planetario. Como consecuencia, no está en riesgo de colapsar una civilización en particular, sino el conjunto de todas las sociedades humanas alrededor de nuestro planeta.

Por tal motivo, el fomento de la sostenibilidad es tan importante en la actualidad. Tomando esto en cuenta ecocivitas desarrolla diversas actividades para formar y activar ciudadanos, creando conexiones efectivas entre ellos y la sostenibilidad.

Somos Abejas en una Botella

Las abejas son criaturas asombrosas. Es un placer ver abejas obreras volando de flor en flor mientras recolectan néctar para producir miel. En contraste, resulta lastimoso encontrar una abeja atrapada dentro de una botella de refresco. Atraída por la alta concentración de azúcar, la abeja entra en la botella y luego, incapaz de encontrar como salir, perece lentamente.

Esta lúgubre escena ilustra con precisión como ha evolucionado la sociedad moderna. Durante varias décadas, hemos acogido ciegamente un modelo de «desarrollo» que exalta el crecimiento económico ilimitado sin tener en cuenta la protección del medio ambiente y la justicia social. Como el azúcar a la abeja, las falsas promesas de un desarrollo económico desenfrenado han llevado a la sociedad a una situación funesta y la combinación de problemas ambientales, sociales y políticos causados por este modelo es para nosotros lo que la botella de refresco es para la abeja atrapada.

Nosotros, a diferencia de la abeja, hemos sido capaces de distinguir la gravedad de nuestra situación. A través del proceso iniciado con el establecimiento de la Comisión Brundtland en la década de 1980, la sociedad moderna ha reconocido la urgencia de adoptar un paradigma de desarrollo diferente. Como resultado, los principios del desarrollo sostenible se han hecho preponderantes y se han introducido innumerables políticas y procedimientos para promoverlos en todos los sectores de la sociedad. Sin embargo, los indicadores ambientales y sociales sugieren que los efectos negativos del modelo al que se supone debemos renunciar continúan intensificándose. En otras palabras, aún estamos atrapados.

No podemos liberarnos porque estamos aplicando fórmulas análogas a las de la abeja que intenta perforar la botella para escapar de ella sin advertir la boca de la misma, que es la salida más propicia. Por ejemplo, se están utilizando vastos recursos en el desarrollo de automóviles eléctricos y en la construcción y expansión de sistemas de transporte público de capital intensivo, en lugar de encontrar e implementar soluciones menos costosas para mejorar la calidad del transporte público o simplemente adoptar modelos más innovadores para reducir los desplazamientos de larga distancia. Asimismo, se asignan amplios recursos para adoptar tecnologías ineficientes de generación de electricidad, mientras que las estrategias para reducir el consumo de energía eléctrica son en gran medida inadecuadas. Esencialmente, la sociedad está obsesionada con fórmulas ineficaces que intentan forzar que todo sea «verde» o «sostenible» mientras elude la necesidad de educar debidamente a la gente sobre la sostenibilidad.

En ecocivitas reconocemos la primordial importancia de la educación en sostenibilidad y nos esforzamos en identificar y promover enfoques eficaces y eficientes que nos ayuden a «escapar de la botella».